EL GOBIERNO LLAMA AL DIáLOGO PERO SIN PLATA NO LOGRA EVITAR LA MARCHA DE LOS UNIVERSITARIOS

Tras cuatro meses, el gobierno de Javier Milei empezó a mostrar cambios, con varios retrocesos, con marchas y contramarchas que terminan golpeando su narrativa del “todo o nada” y su estilo de confrontación directa. Lo vivió en carne propia la CGT, con pedidos de disculpas de funcionarios, sucedió con las empresas de medicina prepaga y ahora lo ven los actores principales de la comunidad universitaria, que pese a la búsqueda de “consenso” que ensayó el oficialismo no piensan retroceder con su marcha del próximo martes en reclamo de fondos.

En la Casa Rosada justifican los volantazos y niegan un cambio de estilo. Prefieren simplemente señalar que hay una gestión que se puede adaptar a distintos escenarios y que no tiene inconvenientes en buscar consensos siempre y cuando se compartan “valores libertarios”. Y rechazan de manera tajante que se utilicen encuestas para tomar decisiones, como la que desencadenó la medida cautelar contra las firmas de medicina prepaga en pos de que bajen las cuotas y devuelvan dinero para sus afiliados, todo después de liberar los precios de la actividad.

Un colaborador del Presidente comentó que tuvieron que avanzar porque “las empresas cartelizaron precios y tienen clientes cautivos”. Algo muy lejano al discurso liberal que pregona el jefe de Estado como un mantra. En el vínculo con la CGT también hubo un giro brusco: existió un diálogo incipiente que se detonó gracias a la reforma laboral del DNU que salió a la luz en diciembre. Hace dos semanas, se produjo el primer cara a cara y hoy la relación no tiene los decibeles de enero. Incluso, en el oficialismo les abrieron el juego a los caciques cegetistas para que discutan cambios en el mundo laboral, algo impensado hace un mes.

Tras las prepagas, el conflicto universitario fue un problema para el Gobierno

En torno al nuevo conflicto que tiene por delante La Libertad Avanza con la comunidad universitaria, no faltaron las idas y vueltas y una postura que sufrió modificaciones a partir de diciembre. La disputa comenzó en enero, con los gremios que representan a los trabajadores docentes y no docentes en primer plano reclamando actualización salarial luego de los 25 puntos de inflación de diciembre, que incluyeron protestas. Al mismo tiempo, los rectores de universidades comenzaron a mostrar malestar al tener que afrontar el funcionamiento de sus casas de estudio con el mismo presupuesto de 2023, sin actualización alguna.

Las respuestas oficiales, que se dieron por medio del secretario de Educación, Carlos Torrendell, y el subsecretario de Políticas Universitarias, Alejando Álvarez, fue básicamente la misma: “No hay plata”, sin demasiada vocación por el diálogo. Álvarez dio un paso más y en un encuentro con rectores planteó que formaban parte de “una casta” sin control. Una frase que aceleró la necesidad de marchar el martes.

El jefe de Estado siempre que pudo fogoneó la pelea contra las facultades, destacando dos cuestiones en su cuenta de X. La primera es que en las aulas existe “adoctrinamiento”, con fuertes críticas a su figura. La segunda es que las universidades deberían transparentar sus gastos, una idea que alientan varios libertarios que pisan a diario Balcarce 50 pero que genera resistencia en la comunidad universitaria ya que, esgrimen, la AGN se encarga de controlar en qué se utilizan los fondos.

Quien salió a contrarrestar la figura del Presidente fue Axel Kicillof. En medio de la pelea abierta entre la Rosada y las universidades, el gobernador bonaerense recibió a rectores de las instituciones bonaerenses, con quienes acordó acompañamiento y ante quienes anunció que estará presente en la marcha. 

En tanto, después de que el jueves a última hora el Gobierno anunciara un acuerdo que las instituciones inmediatamente desmintieron, la Secretaría de Educación confirmó una convocatoria para el próximo 30 de abril con una agenda que incluye el financiamiento que solicitan en conjunto con el avance de los procesos de auditoría y fiscalización de las universidades, además de que planean oficializar el cronograma de pagos a hospitales universitarios. Del otro lado, tal como le consta a PERFIL, todavía no recibieron formalmente la invitación. En el Gobierno, ensayaron un cambio de postura que parece en línea con encuestas como la de la consultora Ad Hoc, que determinó que el conflicto con la UBA no fue gratis para Milei, pegando de lleno y de forma negativa en la reputación digital del mandatario. El jueves, por caso, seis de cada diez menciones a Milei sobre la disputa fueron negativas.

2024-04-20T03:12:35Z dg43tfdfdgfd